Estas explotaciones web invisibles o ataques basados en el navegador están evolucionando como uno de los mayores desafíos para los equipos de seguridad en 2025. Desde técnicas invisibles hasta explotaciones vía navegador y estrategias avanzadas de suplantación, los navegadores se han convertido en un blanco frecuente para ciberatacantes.
En esta nota te mostramos seis tipos de ataques basados en navegador que están siendo utilizados activamente para robar información, comprometer sesiones e infiltrar malware sin levantar sospechas.
La técnica más común sigue vigente: los atacantes simulan sitios legítimos para robar contraseñas y tokens de sesión. Esta amenaza en navegadores compromete cuentas sensibles con facilidad, especialmente si no se usa autenticación multifactor.
Bajo la excusa de resolver un CAPTCHA o problema visual, el usuario copia comandos maliciosos al portapapeles y los ejecuta sin saberlo. Esta técnica ha ganado terreno en 2025 como un vector de ataque web silencioso y efectivo.
Las extensiones del navegador pueden incluir permisos peligrosos como lectura de datos, modificación de contenido e incluso registro de actividad. Este tipo de herramientas representan una amenaza creciente. Muchas de ellas son instaladas sin que el usuario lo sepa.
Este engaño visual crea una falsa ventana de autenticación dentro del navegador, logrando que el usuario entregue sus credenciales en un entorno controlado por el atacante. Esta táctica es parte de los ataques más sofisticados del año.
Solicitar permisos excesivos a través de OAuth permite a los atacantes acceder a correos, contactos y archivos con una sola autorización. Equipos deben auditar cuidadosamente cualquier solicitud de acceso vía OAuth en navegadores.
Los ataques cambian el contenido de pestañas inactivas o insertan pop-ups tras una sesión activa. Este método engaña al usuario para ingresar credenciales nuevamente, lo que se convierte en uno de los ataques basados en navegador más efectivos del año.
Habilitar autenticación en dos pasos en todos los sistemas.
Limitar el uso de extensiones y revisarlas periódicamente.
Educar sobre falsas interfaces de autenticación y redirecciones.
Usar políticas CSP y protección contra XSS en aplicaciones internas.
Supervisar eventos OAuth y otras amenazas web modernas vinculadas a explotaciones web invisibles.